LA CONCIENCIA COMO
FUNDAMENTO
UNIVERSAL

“Todo es conciencia” (Sri Aurobindo)

“La conciencia es lo que crea en último término la realidad” (Amit Goswami)

“La conciencia pura es plena, perfecta, completa” (Upanishads)



Características de la Conciencia

La conciencia es incognoscible. No es posible explicarla ni definirla mediante conceptos porque de hacerlo sería limitarla. Lo mismo ocurre con la mente y la vida, e incluso la materia en su nivel más fundamental. Sin embargo, es posible intuir algunas de sus características:
Conciencia pura

La conciencia pura es un estado de no dualidad donde la conciencia es consciente solo de sí misma. Es el nivel más fundamental de la inteligencia humana y de la inteligencia de la naturaleza.

Este tipo de conciencia coincide con la concepción de la conciencia del Vedanta. Según el físico John Hagelin [1987], la conciencia pura es el campo unificado buscado por los físicos, la fuente unificada de todas las leyes de la naturaleza. El símbolo de la conciencia pura es la espiral logarímica porque hace referencia siempre a sí misma, pues es semejante a sí misma.

La conciencia pura no se puede experimentar porque ello supondría limitarla. Pero nos podemos aproximar a ella y experimentar una sensación o percepción unificadora al meditar (cuando no se tienen pensamientos) o al contemplar (al percibir, la mente se para). Es un estado de no dualidad, donde el todo y la nada es la misma cosa. También nos aproximamos a ella de manera inconsciente en el intervalo entre dos pensamientos sucesivos.


La conciencia y el alma

La conciencia no se puede explicar, pero sí se puede explicar por qué no se puede explicar. La conciencia es una facultad del alma, por lo que está más allá del nivel mental y del físico. Por lo tanto, no es posible definirla ni explicarla. Sin embargo, aunque no podemos reducirla como tal a contenidos mentales, podemos comprender sus manifestaciones en los niveles inferiores (mental y físico) que nos ayudan a intuirla.

La conciencia, cuando no se considera un epifenómeno del cerebro, se suele identificar con la mente e incluso con el alma. También se suele considerar que la conciencia es una función de la mente. Vamos a intentar aclarar estos conceptos: El esquema es el siguiente:



Las Manifestaciones de la Conciencia

Conciencia vs. Consciencia

Conciencia (en inglés, consciousness) y consciencia (en inglés, awareness) son diferentes:
Conciencia e imaginación

El alma imagina. El alma proporciona las imágenes a través de su facultad imaginativa, la mente intuitiva las recibe y se las pasa a la mente racional que las procesa o analiza. “La imaginación es el lenguaje del alma” (James Hillman).

La imaginación es el factor clave que interviene en todo: Al imaginar algo, como estamos al nivel del alma, lo que imaginamos tiende a realizarse, a manifestarse de manera automática en los niveles inferiores (mental y físico), a menos que esta información llegue a la mente racional y ésta bloquee o cambie el proceso.

Realmente, todas nuestras acciones las imaginamos antes de realizarlas. Sin imaginar lo que vamos a hacer un próximo futuro nos quedaríamos “colgados”, estáticos, inactivos.

La imaginación es una facultad del alma, como lo es la conciencia. La imaginación es el vehículo o soporte de la conciencia. La conciencia utiliza la imaginación para experimentarse a sí misma. La conciencia se ”reviste” de imaginación para expresarse a sí misma desde diferentes aspectos. La imaginación y la conciencia tienen un mayor poder que la mente y la materia porque está en un nivel superior. La imaginación y la conciencia crean la realidad. El mundo imaginal es más poderoso que el mundo real.

La conciencia es el motor de la imaginación. La mente es el proceso de la imaginación, pues no hay pensamientos sin imaginación. El pensamiento no es autónomo, depende de la conciencia y la imaginación.

El cerebro no distingue entre lo percibido y lo imaginado. Cuando, por ejemplo, vemos un determinado objeto, aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro. Pero si (con los ojos cerrados) imaginamos el mismo objeto, la actividad cerebral es idéntica, pues están implicadas las mismas redes neuronales. El primero en descubrirlo fue el médico Edmund Jacobson (psicólogo de Harvard) en los años 1930´s. Esto se ha investigado mediante imágenes de resonancia magnética functional (FMRI, en sus siglas en inglés). Esta característica lo utilizan los deportistas en sus entrenamientos. Todo lo que imaginamos tiende a realizarse, porque la imaginación, como facultad del alma, está en un nivel superior. La imaginación es realmente “El Secreto”.


La conciencia y los hemisferios cerebrales

Sabemos que tenemos dos hemisferios cerebrales que tienen funciones claramente diferenciadas y que corresponden a dos formas de conciencia complementarias: La consciencia parece tener una relación muy directa con la unión coherente, sincronización o equilibrio dinámico entre los dos hemisferios cerebrales. A mayor coherencia, mayor consciencia.

Los pueblos antiguos tenían una conexión profunda con la naturaleza, tenían más activado el HD (intuitivo, sintético, global, perceptivo) que el HI (racional, analítico, particular), por lo que apenas tenían sentido del “yo”, pues todo era comunión con la naturaleza, sin fronteras. Con el desarrollo del racionalismo se activó progresivamente el HI y la conexión entre ambos hemisferios (HD-HI), dando lugar a la aparición de fronteras y separaciones, a la conciencia del “yo”, a categorizar la realidad en diferentes conceptos generales y a relacionar básicamente lo general, global o universal con lo particular.


Niveles de consciencia

La consciencia no es algo que se tiene o no se tiene. Abarca un rango o espectro muy amplio en los seres vivos, desde los seres unicelulares (como una bacteria, un paramecio o una ameba, que realizan acciones de forma mecánica en respuesta a estímulos del entorno, hasta un organismo plenamente autoconsciente (y, por consiguiente, libre). En definitiva, entre los extremos determinista e indeterminista.

Para Freeman Dyson y Alfred North Whitehead, incluso las partículas elementales están dotadas de un cierto nivel de consciencia.

Se suele afirmar que un pequeño mecanismo (por ejemplo, un termostato que regula la temperatura de una habitación o una célula fotoeléctrica que abre una puerta, que reaccionan de manera mecánica) son dispositivos conscientes. Sabemos que en lo profundo reside lo universal y lo genérico. Un temostato está regido por una simple regla, que es de carácter genérico, pero eso no significa que tenga consciencia, sino que es una manifestación de la consciencia humana. Podemos decir que un termostato es un dispositivo consciente de segundo orden, pues lo ha fabricado el hombre.

Podemos distinguir tres niveles de consciencia:
  1. La consciencia. Es el resultado de la conexión entre el mundo interno y el externo, conexión realizada por la conciencia.

  2. La autoconsciencia. Es la consciencia reflexiva. Es privativa de los seres humanos, en donde aparece la noción del “yo” como una entidad separada del entorno y que interactúa con él. Construye modelos internos de la realidad para conectar lo interior (subjetivo) con lo exterior (objetivo). La consciencia está asociada a la conexión entre ambos hemisferios cerebrales (HD y HI).

  3. La consciencia pura. También llamada “conciencia trascendental” es una conciencia no manifestada y no-dual, donde el conocedor, lo conocido y el proceso de conocer están unidos en una estructura auto-interactiva de experiencia. Hace referencia a sí misma e interactúa consigo misma. La consciencia pura es la máxima aproximación a la conciencia.

Conciencia y lenguaje

La conciencia se manifiesta en todos los lenguajes humanos a través de los arquetipos primarios, los arquetipos de la conciencia.

A su vez, el lenguaje, como conector del mundo interno y externo, produce consciencia. El lenguaje de una comunidad refleja su nivel de consciencia. El lenguaje es en sí un paradigma, una forma de ver el mundo. Recordemos la famosa frase de Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”.

Tradicionalmente se creía que el lenguaje residía en el HI, el hemisferio lógico, analítico. Pero investigaciones recientes con la tecnología del escáner, parecen demostrar que en el lenguaje intervienen los dos lados del cerebro. La percepción es una función del HD y la emisión (el habla) es una función del HI. Esto revela la importancia del papel del lenguaje en el fenómeno de la conciencia, pues conecta ambos hemisferios y conecta el mundo interno con el externo.


Neuronas espejo, memes, miembros fantasma e imaginación

Las llamadas “neuronas espejo” [Rizzolatti & Sinigaglia, 2006], descubiertas a principios de los años 1990´s, son neuronas que tienen la propiedad de activarse con la visión, con la representación mental y la imaginación. Algunos científicos consideran muy importante este descubrimiento. “Las neuronas espejo serán tan importantes para la psicología como el ADN lo fue para la biología” (Vilayanur Ramachandran). La explicación de por qué esto funciona así puede ser la siguiente: Los memes tienen también una explicación simple a la luz de la imaginación: La imaginación es también la clave para el tratamiento del dolor en los llamados “miembros fantasma”. Un miembro fantasma es un miembro amputado pero que para el cerebro sigue presente y, en algunos casos, produce dolor cuando el cerebro da una orden de moverlo y el miembro no puede obedecer porque ya no existe. El paciente siente el miembro paralizado.

El neurólogo Vilayanur Ramachandran, autor de “Fantasmas en el cerebro” [1999], utiliza una caja con un espejo en el centro, donde el paciente introduce ambos miembros (por ejemplo, un brazo normal y otro amputado), y puede contemplar aparentemente sus dos miembros completos (el normal y el reflejado en el espejo). Si el paciente visualiza (mediante el engaño del espejo) su miembro perdido, su cerebro reacciona como si hubiera recuperado el miembro, haciendo que desaparezca el dolor. A pesar de que el paciente sabe que el miembro amputado no existe, la imaginación es más fuerte que la razón.

Ramachandran también demostró que el cerebro es altamente flexible, pues la zona cerebral cortical correspondiente al miembro amputado es invadida por las neuronas de la zona adyacente (en el caso del brazo, la zona adyacente es la cara), de tal forma que estimulando la cara, el paciente experimenta sensaciones en el miembro amputado.


La consciencia y el tiempo

La consciencia está íntimamente relacionada con el presente. Siendo conscientes del presente, viviendo plenamente el “ahora”. En el “ahora” no hay pensamientos, solo percepción, y conectamos con el alma. “El alma no piensa, percibe” (Harold Klemp).

Existen dos clases de tiempo: A nivel superficial (consciente), el tiempo se manifiesta de forma lineal. A nivel profundo, no existe el tiempo. Decía Einstein: “La distinción entre pasado, presente y futuro no es más que una terca y persistente ilusión”. El tiempo es una ilusión de nuestra mente superficial. Pero el tiempo interno es flexible. Se expande cuando vamos hacia lo profundo. En el límite, en el alma, el tiempo desaparece.

En la cultura occidental el tiempo se considera lineal. En la cultura oriental se admite sin cuestión que el tiempo es circular (o cíclico). El tiempo circular simboliza la unidad indivisible del tiempo, la eternidad, donde no existe ni principio ni fin. También indica que el tiempo es reflexivo: hace referencia a sí mismo.

El tiempo interno es no-local. “Pasado, presente y futuro forman un todo, y lo que suceda en el futuro puede influir en el pasado, del mismo modo que el pasado repercute en el futuro” (Brian Weiss). “Creo que lo que hacemos hoy depende de nuestra imagen del futuro, más que el futuro dependiendo de lo que hacemos hoy” (Ilya Prigogine).

Tiempo y mente están conectados, son inseparables. El tiempo es realmente una ilusión, una construcción de la mente, un concepto creado para interpretar la realidad.

Pero es posible “liberarse” del tiempo. La clave consiste en vivir permanentemente en el presente, pues en el presente no existe el tiempo. Es lo que Eckhart Tolle llama “El Poder del Ahora” [Tolle, 2001]. En efecto, cuando la mente está conectada con el pasado o con el futuro, la mente está en actividad. Cuando la mente se conecta con el presente, el tiempo se para y la mente (al estar sincronizada con el tiempo) también se para, se detiene. Es lo que Carlos Castaneda llama “parar el mundo”. Es entonces cuando se tiene acceso al Ser interior, al yo profundo, a un estado de consciencia atemporal, la consciencia pura, la fuente de los pensamientos, lo absoluto, lo indiferenciado, lo inmanifestado, el lugar donde todo está conectado, la fuente de la creatividad, la libertad y la felicidad, y donde se experimenta verdaderamente el flujo de la vida. “La iluminación es un estado de totalidad en el que estás ‘unificado’, y por lo tanto estás en paz” (Eckart Tolle).

El Ser interior no puede captarse con la mente porque está más allá de la mente y los pensamientos, por lo que solo se puede acceder cuando la mente se aquieta. El Ser está oculto tras la mente activa. Si paramos la mente, entonces tenemos acceso al Ser. “Estar identificado con la mente es estar atrapado en el tiempo” (Eckhart Tolle).

La estrategia o técnica general, para acceder al Ser interior y detener el tiempo y la mente, consiste en dirigir la atención, en todo momento, a las percepciones, tanto internas como externas. En efecto, la mente básicamente emite (pensamientos) o percibe (sensaciones). La consciencia de las sensaciones detiene la mente. La percepción consciente es la herramienta para traer la mente al presente. La clave es percibir, observar sin analizar el pasado y sin imaginar el futuro, centrándonos solo en el proceso de percepción, en la contemplación. Al abrirnos a la percepción, se relajan la mente, el cuerpo y las emociones. Esta es la base del Mindfulness, la atención plena.

Ejemplos de percepciones externas que ayudan a parar la mente son: contemplar una puesta de sol, escuchar una buena composición musical, sentir el agua del mar, escuchar el canto de los pájaros, etc. Pero la mejor estrategia es dirigir la conciencia hacia dentro. hacia la auto-percepción, cerrar el círculo, percibir al percibidor u observar al observador. “Cuando la conciencia se dirige hacia fuera, surge la mente y el mundo. Cuando se dirige hacia dentro, alcanza su propia Fuente y regresa a casa, lo No Manifestado” (Eckhart Tolle).

Cuando pensamos estamos activando el HI y el tiempo subjetivo se acelera. Cuando percibimos estamos activando el HD y el tiempo se expande, se aquieta o se detiene porque la mente se para. Esta es la explicación de:

Adenda

La experiencia cumbre de Jill Bolte Taylor

Jill Bolte Taylor es una doctora en neurociencia. Cuando tenía 37 años de edad (en 1996), sufrió un accidente cerebro-vascular que le afectó al hemisferio izquierdo (HI) del cerebro, lo que le provocó una fuerte atenuación de la actividad de este hemisferio y que el hemisferio derecho (HD) fuera el predominante. Entonces tuvo una serie de experiencias sorprendentes. Unas positivas: sintió una paz indescriptible, sus preocupaciones cesaron, el hervidero habitual de pensamientos, su mente discursiva, cesó, desapareció su sentido de autocrítica, se sentía unida al mundo, sin límites ni fronteras físicas o mentales, sentía que su alma se liberaba del cuerpo físico y flotaba en el aire. Otras negativas: perdió su capacidad de hablar, de reconocer a las personas, de leer, escribir y recordar.

Tardó 8 años en recuperarse. Escribió un libro sobre su experiencia [2009] y también contó su experiencia en la conferencia TED 2008, que puede verse en YouTube.

La interpretación de la experiencia de la Dra. Taylor es un buen ejemplo de la manifestación del funcionamiento de los dos hemisferios cerebrales. Al estar prácticamente desactivado el HI, perdió sus funciones, por lo que no podía hablar ni reconocer las cosas y perdió la conciencia del “yo”. Solo podía percibir el mundo a través del HD, donde todo es una unidad, y que conecta a través de la mente intuitiva con la unidad esencial de todo, donde no hay límites ni fronteras.


El método Vittoz (las sensaciones conscientes)

El método Vittoz [Irala, 1971] es un método terapéutico de reeducación del control cerebral. Está basado en la idea (que hemos mencionado) de que nuestro cerebro funciona alternando la emisión de pensamientos y la recepción de sensaciones (que hoy día asociamos con los hemisferios izquierdo y derecho, respectivamente). La falta de control cerebral produce un desequilibrio entre emisividad y receptividad. La reeducación cerebral se basa en restablecer ese equilibrio actuando sobre las sensaciones conscientes. Al tomar consciencia de las sensaciones, se detienen los pensamientos y se contacta con nuestro ser, se vive el momento presente y se produce un estado de calma, serenidad, unidad, armonía y libertad. Es la antigua sabiduría de “aquí y ahora”. Al abrirse a las sensaciones, se detiene automáticamente (sin esfuerzo) el flujo de pensamientos y se recupera la energía nerviosa y la salud. “La receptividad equilibra la emisividad, la sensación equilibra el pensamiento” (Roger Vittoz).

Las sensaciones conscientes pueden ser tanto internas como externas. Por ejemplo, sentir el cuerpo en movimiento, la sensación de pisar el suelo bajo nuestros pies, nuestra respiración, observar las formas y colores, etc. Todo ello sin realizar ningún análisis, pues si se realizara, se volvería a pensar, a consumir energía nerviosa y a descender en el nivel de consciencia.


La terapia EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing)

EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es una técnica psicológica para desensibilizar y reprocesar traumas psicológicos de una manera efectiva, natural y rápida, mediante la activación de los hemisferios cerebrales, normalmente mediante el movimiento de los ojos.

El fundamento de esta técnica, en esencia, es el siguiente. Cuando soñamos se produce el conocido fenómeno MOR (Movimiento Orbital Rápido) o, en inglés, REM (Rapid Eye Movement), un movimiento de los ojos que se asocia al proceso de la información recibida durante el día para almacenarla e integrarla de una manera ordenada y estructurada en nuestra mente o cerebro. En una situación de estrés o dolor emocional, se aplica también el movimiento de los ojos (pero esta vez de forma consciente), para procesar con rapidez la situación traumática que se ha experimentado. Con esta técnica, los pacientes experimentan una mejoría sustancial y rápida.

El método EMDR fue descubierto y desarrollado desde 1987 por la Dra. Francine Shapiro [2008]. Ese año, durante un paseo por un parque, observó que moviendo sus ojos parecían reducirse la ansiedad y las tensiones asociadas a recuerdos emocionales dolorosos. Basándose en esta observación inicial, desarrolló un procedimiento estandarizado para maximizar estos resultados, realizando investigaciones posteriores y publicando sus resultados en 1989, describiendo sus beneficiosos efectos.

Al principio el resultado aparente era una desensibilización de la ansiedad, pero luego quedó claro que ese efecto era una consecuencia de algo más profundo: un reprocesamiento de los traumas o experiencias emocionales dolorosas, un aprendizaje activo muy rápido y una “resolución adaptativa” (según la terminología de Shapiro).

La palabra “trauma” deriva del griego y significa ”herida”. Un trauma, para EMDR, es una información almacenada de manera disfuncional en el cerebro, a partir de una experiencia dolorosa que no ha sido integrada y procesada adecuadamente en la conciencia normal de la persona. Esta información, inadecuadamente almacenada, es responsable de los síntomas del paciente.

La característica más destacada del método EMDR es la utilización de la estimulación bilateral, estimulando un hemisferio cerebral cada vez, para estimular la conexión entre los dos hemisferios cerebrales y así facilitar el procesamiento de la información, con la consiguiente disminución de la carga emocional. La estimulación bilateral puede ser de tres tipos:
  1. Visual. El paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta.
  2. Auditiva. El paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos.
  3. Kinestésica. El terapeuta golpetea suavemente (tapping) y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente.
La técnica se utiliza habitualmente en victimas de hechos violentos, de desastres naturales, terrorismo, guerras, etc. y, en general, en todo tipo de traumas: pérdida del trabajo, pérdida de seres queridos, robos, accidentes, etc.

Ha habido una cierta escisión entre teoría científica y práctica clínica. Los clínicos aprendieron y usaron la técnica, acogiéndola con entusiasmo. La ciencia tardó en aceptar la técnica, tras los numerosos estudios controlados que la validaron. EMDR es actualmente uno de los tratamientos con mayores estudios de validación científica y uno de los más eficaces en el TEPT (Tratamiento de Estrés Postraumático). Las investigaciones ha demostrado que tres sesiones de 90 minutos de EMDR permiten reducir entre un 80 y un 100% el TEPT.

EMDR es el método recomendado por las autoridades de salud mental en diferentes países, principalmente en donde hay problemas de violencia terrorista. En España, han sido entrenados en EMDR componentes de protección civil, psicólogos del cuerpo de bomberos, policía, etc.

La sincronización cerebral también puede ser la razón de la efectividad del EMDR. En efecto, como cada uno de los ojos está conectado a los dos hemisferios, al mover los ojos repetidamente de un lado a otro, lo que estamos haciendo es sincronizar (y también activar) los dos hemisferios, aumentando las conexiones y elevando la conciencia, y desde ese punto superior, comprender con mayor profundidad los traumas y disolverlos. No solo es mover los ojos de forma mecánica, sino que también debe dirigirse la atención en las sensaciones producidas por el trauma. La atención activa muchas estructuras de la corteza cerebral y de la subcorteza (la parte más primitiva del cerebro) de ambos hemisferios.


El águila, un símbolo de la conciencia

Desde el medievo, el águila ha significado la conciencia suprema, el espíritu. El águila es un mensajero divino que se encuentra en todas las religiones y en las mitologías. En los bestiarios medievales, el águila era el animal que volaba más alto, que podía ver al Sol y a Dios. Es interesante que el águila figure en el escudo de México y que también sea el símbolo de Estados Unidos.

El águila y la serpiente son duales. La unión de los dos simboliza la unión de lo material y lo espiritual, de la supraconciencia y el inconsciente, que deben fusionarse y sólo ser uno. Esta simbiosis se representa como una serpiente con plumas. Quetzalcóalt que significa “serpiente emplumada” es uno de los dioses de la cultura mesoamericana.


El tetraedro y la conciencia

Merkaba
El tetraedro es su propio dual. En geometría, el poliedro dual de un poliedro es el poliedro que se forma uniendo los centros de las caras de dicho poliedro. En las tradiciones esotéricas, el tetraedro se ha asociado con la conciencia. Para los pitagóricos, el tetraedro es la sustancia del alma. El merkaba (mer = luz, ka = Espíritu y ba = Cuerpo), son dos tetraedros intersectados con un centro común que forman un octaedro estrellado, como una estrella de David 3D, se asocia con el alma.


Bibliografía